El 26 de mayo de 1976, durante los oscuros comienzos de la última dictadura cívico-militar, la Fuerza Aérea Argentina tomó por asalto el Hospital Colonia Santa María de Punilla. En esa madrugada, la totalidad de la conducción de ATE Santa María fue secuestrada, y el hospital convertido en un centro clandestino de detención y tortura. Hoy, 49 años después, la memoria sigue latiendo con fuerza en cada testimonio, en cada abrazo, en cada nombre que se recuerda.
En ese marco, la CTA Autónoma Córdoba y ATE realizaron un emotivo homenaje a quienes protagonizaron esa etapa de construcción colectiva, lucha gremial y militancia política, y que sobrevivieron al terrorismo de Estado. La jornada, realizada en el Centro de Jubilados y Jubiladas del hospital, incluyó la colocación de una placa conmemorativa, el reconocimiento a compañeras y compañeros sobrevivientes, y palabras que conmovieron y encendieron la necesidad de seguir organizando la memoria.
Entre los homenajeados estuvieron Nora Cendra, Lito Carranza y “el Negro” Albornoz, tres de los rostros de aquella comisión directiva de ATE que impulsaba, en plena década del 70, un modelo de salud mental comunitaria y desmanicomialización adelantado a su tiempo. “No buscábamos sólo reivindicaciones salariales”, dijo Cendra, “sino transformar la política de salud mental. Es lo mismo que se pelea hoy”.
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