La localidad de Villa Allende vive días de tensión debido a la resistencia vecinal contra la remoción de un quebracho de más de 300 años, ubicado en la avenida Luchese. El intendente Pablo Cornet impulsa la ampliación de esta vía, clave para la conectividad entre Villa Allende y Córdoba, pero los vecinos denuncian irregularidades y falta de transparencia en el proyecto. «Están privilegiando negocios privados en función de intereses de un grupo minoritario por sobre las necesidades comunes de la población», declaró Joaquín Elgueta, miembro de los vecinos autoconvocados en defensa del árbol.
El conflicto escaló en los últimos días con la detención de una periodista que se aferró al quebracho para impedir el avance de las topadoras. Según Elgueta, el municipio actuó con improvisación: «Reventaron un caño de agua y dejaron sin servicio al barrio. No había ingenieros, ni biólogos, ni planos. Liquidaron las raíces superficiales del árbol y le dejaron un pan de dos metros de diámetro. Es una burla». Los vecinos exigen un corrimiento de la traza de solo tres metros, solución que consideran viable y menos destructiva.
Elgueta señaló que la resistencia al proyecto ha generado un despertar social inédito en la comunidad. «El quebracho despertó Villa Allende y el corredor de Sierras Chicas. Hubo una caravana de entre 63 y 100 autos, algo que nunca habíamos visto», afirmó. Además, criticó la desinformación impulsada por el municipio: «Nos metieron en el medio que no se podía correr la traza por el proyecto, pero la empresa constructora dijo que sí era viable. Después hablaron de una rotonda que costaría 800 millones, pero nosotros nunca pedimos una rotonda».
La obra es financiada con fondos provinciales, pero los vecinos sospechan que beneficia a intereses inmobiliarios. «Hay un mega loteo planeado por dos personas que necesitan esta obra para darle factibilidad a sus terrenos», denunció Elgueta. Aseguró que el corrimiento propuesto no afectaría esos planes, pero el municipio insiste en la remoción del árbol. «Esto no es una ruta, es una avenida con límite de 60 km/h. Se les cae el relato de la seguridad», agregó.
La detención de la periodista Silvia Majul, quien abrazó el quebracho en un acto de protesta, generó más indignación. «Una mujer abraza un árbol y es tratada como delincuente, mientras empresarios destruyen hectáreas de bosque sin consecuencias», cuestionó Elgueta. Majul fue liberada tras pasar una noche en la Unidad de Captura y Arresto (UCA), pero su caso evidenció la represión a la protesta pacífica.
Los vecinos sostienen que el quebracho es un símbolo de la lucha ambiental y comunitaria. «Córdoba solo tiene el 3% de bosque nativo. Si seguimos así, nos quedaremos sin agua», advirtió Elgueta. La resistencia ha logrado frenar temporalmente las obras, pero el conflicto continúa. «No vamos a permitir que destruyan nuestro patrimonio natural por intereses privados», concluyó. Mientras tanto, el quebracho sigue en pie, convertido en un emblema de la defensa del ambiente y la participación ciudadana.
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